Mientras la atención mediática se concentraba en el triunfo del nuevo alcalde socialista de Nueva York, Zohran Mamdani, un movimiento más amplio y profundo se abría paso a lo largo de Estados Unidos. Más de veinte ciudades eligieron a representantes socialistas y progresistas en las recientes elecciones locales, marcando un giro desde abajo que plantea una consigna clara: la vivienda no puede seguir siendo un negocio.
Minneapolis: la ola roja del medio oeste
En Minneapolis, once de los veintidós candidatos respaldados por los Democratic Socialists of America (DSA) resultaron electos. Entre ellos destacan Robin Wonsley, impulsora de leyes contra la discriminación, y Soren Stevenson, quien perdió un ojo tras recibir una bala policial durante las protestas por el asesinato de George Floyd. Stevenson triunfó tras haber perdido en 2023 por solo 38 votos, en una elección que simboliza la persistencia del movimiento.
Pese a la reelección del alcalde corporativo Jacob Frey, su margen se redujo a solo seis puntos frente al avance socialista. El senador estatal Omar Fateh denunció que el Partido Demócrata le retiró su apoyo bajo presión de los grandes grupos inmobiliarios y fondos de inversión, mostrando las tensiones internas del progresismo estadounidense.
Atlanta: sindicalismo y justicia social
En Atlanta, la sindicalista Kelsea Bond hizo historia al convertirse en la primera concejala socialista de la ciudad. Con el 64% de los votos, derrotó al candidato apoyado por el sector inmobiliario. Su campaña se levantó en oposición al megaproyecto policial conocido como “Cop City”, y su lema resonó en toda Georgia: “Sin justicia social, no hay seguridad.”
Detroit: del Congreso a las bases
Desde Detroit, el ex portavoz de la congresista Rashida Tlaib, Denzel McCampbell, ganó con casi el 60% de los votos. Su discurso sintetiza el espíritu del nuevo municipalismo socialista:
“Si la vivienda es un negocio, la pobreza es una condena. Nuestra tarea es acabar con ambas.”
Juventud y expansión del movimiento
En Ithaca, los jóvenes socialistas Jorge DeFendini y Hannah Shvets, de solo 20 años, arrasaron en las urnas con un programa enfocado en estabilizar los alquileres, construir vivienda pública y reforzar los códigos de edificación.
También se registraron triunfos en Cambridge, Poughkeepsie, Greenbelt y Carrboro, donde las campañas compartieron una agenda común: vivienda asequible, transporte público y control democrático del poder municipal frente al capital especulativo.
En Somerville, además, se aprobó una medida histórica para retirar las inversiones públicas de empresas vinculadas con Israel, en medio de la crisis humanitaria en Gaza.
Nueva York y el modelo Mamdani
En Nueva York, además de Mamdani, las concejalas socialistas Alexa Avilés y Tiffany Cabán fueron reelegidas pese a la ofensiva financiera de los grandes lobbies empresariales. La red socialista neoyorquina se expande y ya proyecta candidaturas al Congreso estatal.
El llamado “modelo Mamdani” —campañas sin dinero corporativo, miles de voluntarios y un discurso centrado en la vida cotidiana: vivienda, deuda, trabajo y salud— se consolida como referencia política en un país tradicionalmente dominado por el bipartidismo.
Un cambio desde las bases
Mientras Donald Trump amenaza con retirar fondos federales a Nueva York, el miedo parece cambiar de bando. Las urnas locales se han convertido en trincheras.
El socialismo estadounidense ya no es una teoría ni un debate universitario: es gestión municipal, barrio por barrio, voto a voto.
Y puede que la política del futuro en Estados Unidos no nazca en Washington, sino en lugares como el Bronx, Detroit o Minneapolis.
🟥 Un nuevo municipalismo socialista comienza a trazar su propio mapa en el corazón del capitalismo.